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La importancia de enseñar el deseo de superación.

Descubra por qué es importante enseñar a los niños el deseo de superación desde una edad temprana.

Los niños suelen darse por vencidos cuando no pueden dibujar algo o construir la figura que aparece en el recuadro con las piezas del juego. Esto es normal y seguramente sucederá más de una vez. Por lo tanto, es trabajo de los padres motivar a los niños para que luchen por lo que quieren hasta el final. Y eso significa transmitir a los niños el deseo de superación.

Nunca subestimes las capacidades de los niños. Tampoco es bueno que se acostumbren a dejar todo lo que empiezan a medio hacer.

Otra cosa desaconsejable es que los adultos terminen lo que los niños no pudieron hacer. ¿Cuál es el mensaje correcto entonces? Fácil: “el que persevera, logra”.

Debemos pensar que el futuro de nuestros hijos puede depender de esta mágica lección que nos enseña a no rendirnos. La perseverancia, la resiliencia y el optimismo son ideas que no pueden faltar en la mente de los niños de casa.

El niño de hoy está bajo una presión constante.

El mundo de hoy está lleno de cosas nuevas. Las dificultades de los niños no solo están relacionadas con las habilidades artísticas y físicas. Hoy en día, también existe la necesidad de aprender a dominar las nuevas tecnologías.

Es fundamental enseñar a los niños a gestionar las emociones, especialmente la frustración cuando algo sale mal. El objetivo es criar a los niños en base a la inteligencia emocional para superar pequeños desacuerdos.

Debemos enseñar a los niños que en la vida hay muchas oportunidades y que los errores nos llevan a mejorar y alcanzar otros logros.

Los niños aprenden con el ejemplo. Por eso es importante que los hijos vean a sus padres cumplir con todo lo que se propongan. Sin embargo, hay que tener cuidado con esto. No manejar bien la situación puede frustrar a cualquier niño. Por ejemplo, permitirle renunciar a lo que está haciendo o esforzarse demasiado para que las cosas salgan perfectas son posturas destructivas.

Nuestro mensaje debe ser de motivación, apoyo y liderazgo.

Todos los anteriores son mensajes importantes para darle a su hijo cuando sienta que ha fallado en algo. Una sugerencia es contar un cuento infantil que muestre que los logros son progresivos y requieren perseverancia.

Otro aspecto fundamental es cómo afrontar el aspecto emocional del niño en relación a sus pequeñas frustraciones. Debe sentirse libre de expresar lo que piensa y es deber de los padres escuchar con atención. De lo contrario, el niño se frustrará aún más y, por tanto, le animaremos a dejar las cosas a medias.

Escuchar atentamente y hablar con un niño hará que se sienta motivado. De esta forma, comenzarán a surgir ideas y, pronto, se sentirá preparada para enfrentarse de nuevo al problema.

Nuestro objetivo es animar a los más pequeños a intentarlo una y otra vez hasta que se sientan bien consigo mismos. Por otro lado, también necesitan saber cuándo rendirse. Hay que saber que cualquier extremo es perjudicial.

Transmitir el deseo de superación hace que el niño mejore cada vez más.

"Mamá, quiero dibujar, pero no tengo ideas". El niño ve que su dibujo no salió como él quería y deja la hoja de papel a un lado, frustrado. Probablemente, se siente bloqueada porque el resultado no es el que imaginaba. Este es el momento perfecto para explicar cómo funciona el éxito.

Los niños deben comenzar a internalizar la idea de que todo proceso de aprendizaje y logro es continuo y que solo alcanzarán sus metas a través de la práctica.

Siempre que el niño lo intente de nuevo, hay que animarle haciéndole críticas constructivas para que siga hasta el final de buen humor.

 

La importancia de dejar que los niños hagan los deberes.

Para transmitir el deseo de superación a los niños, es necesario dejar que hagan los deberes solos. En el caso de tareas más complejas, los padres pueden ayudar guiando. Lo que no puede suceder es intervenir de tal manera que se impida que el niño aprenda durante el proceso. Para las tareas más fáciles, solo necesita supervisar y dejar que el niño lo haga solo.

Los niños cuyos padres hacen las tareas del hogar no se responsabilizan ni aprenden a enfrentarse adecuadamente a situaciones más complicadas. Resultarán ser personas poco perseverantes que tienden a depender de los demás para hacer cualquier cosa que requiera más esfuerzo.

Finalmente, para enseñar a los niños el deseo de superación, es necesario dar su propio ejemplo de perseverancia. Al fin y al cabo, ¿qué podemos exigir a los más pequeños si, como adultos, tiramos la toalla?